Roberto Rubiano habla de una Bogotá suya como una ciudad Jekyl y ciudad Hyde. Esta es la Bogotá que recorrerá el escritor y el hombre, la ciudad de día llena de deportistas, paseantes alegres, jóvenes vitales y familias felices, y la ciudad de noche, esa ciudad Hyde, pesada, agresiva, llena de borrachos, peleas, ñeros y atracadores. Esta es la Bogotá paralela, la ciudad literaria y la real de un hombre lleno de cuentos, vista desde sus letras y su cámara, o acaso desde los ritmos y tonadas de la música que lo llena, salsa, rock y jazz.